07 de febrer 2018

LA AVISPA ASESINA ASIÁTICA SE EXPANDE SIN RESISTENCIA HACIA EL SUR DE CATALUNYA


La avispa asiática (nombre científico Vespa velutina) popularmente conocida como “avispa asesina” prosigue su expansión implacable por Catalunya. El último caso, un enorme nido en un árbol muy próximo al núcleo urbano de Santa Susanna (Maresme) localizado la semana pasada, ha evidenciado la irrupción de esta especie invasora en el parque natural de Montnegre-Corredor. Otros nidos se han descubierto en zonas costeras como Canet de Mar y Sant Pol de Mar.

Desde el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat consideran que la avispa asiática está totalmente instalada en Catalunya. Las comarcas afectadas continuan siendo el Alt Empordà, la Garrotxa, la Selva, Pla de l’Estany y el Gironès. Con menos afectación le siguen el Ripollès y el Baix Empordà, aunque en estas comarcas ya se han detectado molestias en construcciones y viviendas.

Durante el 2017, la avispa asiática se ha extendido por otras demarcaciones catalanas,como la Cerdanya, el Berguedà, el Bages y el Vallès Oriental. El Maresme, ha sido la última comarca afectada, donde ya se han empezado a destruir nido

Pese a que la distribución de las colmenas de vespa velutina no se haya incrementado excesivamente en las comarcas catalanas, si que se detecta un crecimiento exponencial del número de nidos con respecto al 2012, primer año en el que se detectó la especie invasora en Catalunya, llegada a Francia en 2004 en un contenedor portuario procedente del continente asiático.

En Catalunya, en el 2017 se detectaron 370 nidos con respecto a los 116 del año anterior, lo que confirma el crecimiento exponencial. Aún así, las cifras se podrían disparar ya que se estima que sólo se detecta el 10% de los nidos que realmente están instalados en la geografía catalana.

La destrucción de los nidos corre a cargo de los Agentes Rurales sólo en aquellos lugares donde pueda suponer un peligro para las personas. La avispa asiática, según los expertos, es imposible de erradicar, pero sí se pueden aplicar medidas de control, gestionadas a través de un protocolo de actuación, elaborado en colaboración con los apicultores. Se centra principalmente en la eliminación de los nidos y la captura de las reinas, con métodos que surgen de la hibernación, generalmente a partir de febrero, cuando las temperaturas van en aumento.

Si el ritmo invasivo de la avispa asiática se mantiene, la amenaza para las poblaciones autóctonas de abejas de la miel se agrava, ya que la invasora las ataca y extermina. Fuentes del sector apícola mantienen que hay riesgo la desparición de las abejas en pocos años, lo que supondría un impacto de incalculables consecuencias para el equilibrio ecológico y la biodiversidad.

FEDE CEDÓ - La Vanguardia